martes, 7 de agosto de 2012

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La noticia llega aunque yo no quiera.
La noticia pega, aunque yo la niegue.
La noticia que duele, insiste en permanecer, aún días después de llegada, aunque yo quiera disimular su existencia.
La noticia es aunque yo me enoje.
La noticia me llora.
Lloro la noticia.
La noticia inesperada.
La noticia abrumadora.
Demoledora.
Tan fugaz en su aparición como pertinaz en su permanencia.
En su certeza.
La vida –la muerte- no saben de justicia ni injusticias.
La vida –la muerte- duelen.
La noticia, la vida –la muerte- me duelen.
Le duelen.
Nos duelen.
¿Será momento de celebrar lo que sí es, lo que sí fue… intentando no llorar lo que ya no será?
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