Viene de anécdota movilizante, la cosa. ¿Se animan? ;)
En Facebook, alguien tuvo la iniciativa de proponer cambiar, por unos días, la foto de perfil, por una imagen de algún dibujito animado de nuestra infancia. Iniciativa que tiene que ver con repudiar la violencia para con los niños. En horas, nomás, el Facebook se llenó de nostálgicas imágenes. Es interesante reconocer a cada amigo en la elección que hace de su dibujo más recordado: aquel que reía a carcajadas, mirándolo, aquel que se emocionaba hasta las lágrimas, aquel que creía SER ese personaje, del modo en que los niños creen como real ese mundo inventado, aquel que se sentía un superpoderoso superhéroe...Todos, tomando la leche, al volver del Jardín de Infantes o la escuela.
El tema es que, viendo tanto dibujo explotando en el inicio de mi FB, se me disparó la cabeza hacia un recuerdo de mi infancia, muy, pero muy vívido. No sé si por
complejo de Electra o simplemente porque mi viejo era un ser especial, la cosa es que no tuve -ni tengo- muchas cosas que reclamarle en la vida. Es la verdad. Pero hay una, la de ese recuerdo, que se transformó durante años en EL reclamo de la niña que fui... reclamo que al recordarlo, con los años, cada vez que surgía, nos hacía reír juntos :)
Yo tendría entre 7 y 8 años. Estaba en la cocina de nuestra vieja casa, tomando la leche en la mesa redonda de fórmica marrón, frente al único televisor de la casa, chiquito, que estaba ubicado en el medio de un modular, contra la pared. Televisor en blanco y negro, por supuesto. Miraba atentamente el dibujito animado que televisaban en ese momento, que era una de las tantas carreras de Los Autos Locos. Pierre Nodoyuna hacía de las suyas, mientras mis padres tomaban mate a mi lado... Yo no prestaba atención a su charla, hasta que mi oído registró un "ruido" en la charla de mis viejos. Mi papá dijo algo como "en poco tiempo ya todos tendremos acceso a un televisor en colores" (sí: era la época justamente anterior a ATC)... Esa frase tan de charla común, abrió un ojo de realidad en mi cerebro. Un ojo "fatal". Recuerdo haber mirado a mi viejo y decirle, metiéndome en la charla: -"Pero si los dibujitos son en colores, pá". A lo que mi papá respondió: "No, Gorda (mi viejo me decía "Gorda"), ¿no ves que son en blanco y negro?". Volví a mirar la pantalla del televisor y en un segundo, mi imaginación, mi mirada de niña, desaparecieron... Un segundo en el que todos los colores que mi mente creaban, se fueron, para dejar esas tonalidades grises que siguieron viviendo en ese televisor, hasta que Argentina Televisora Color -y sus repetidoras- aparecieron en Argentina y nuestras vidas, y el primer televisor color, reemplazó al viejito, en el modular de la cocina de mi casa.
Nunca voy a poder olvidar la cara de mi viejo cuando se dio cabal cuenta de lo que había hecho, al pronunciar esa frase tan simple. Mi carita desilusionada le debe haber pegado en el alma.
Con mi viejo, años antes de la "desilusión" ;)
Recuerdo vívido de esta ilustradora que ama los colores y adora combinarlos y jugar con ellos. Aunque a veces reconozca que el blanco y negro, dependiendo del contexto, también tiene su encanto.